Prometí un post sobre comidas… ¡y aquí está! Vaya por delante que todo lo que voy a contar es parte de mi experiencia y puede no corresponderse con la realidad, así que si alguien tiene conocimientos más detallados que no dude en comentarlo. En general la comida india se compone de platos en los que, bien verduras o bien carne se cocinan y trocean finamente y se acompañan de salsas y especias de todo tipo. Al cabo de una temporada se llega a hacer cansada la fórmula porque uno tiene la sensación de estar siempre comiendo salsas preparadas más que otra cosa (es casi imposible comer cosas sencillas como una chuleta, un muslo de pollo o una ensalada fresca). El picante es la marca de la casa, pero no un picante como el que podríamos estar acostumbrados en Europa, en el que algo exagerado te quema la boca… aquí un plato muy picante te da calor en el estómago durante todo el día y te duele la cabeza a cada bocado, no se andan con tonterías. Hay muchísima gente vegetariana, por lo que todos los restaurantes especifican si son o no vegetarianos, y la mayoría de la comida callejera no contiene nada de origen animal. Por cierto que la oferta de animales se suele reducir a pollo o cabra (en las cartas de los restaurantes lo encontraréis por mutton).
Otro gran apartado gastronómico en India es la comida callejera, mucho más económica, y que principalmente se compone de samosas (empanadillas grandes de patata, curry y vegetales molidos) y aperitivos similares, amén de puestos de tortillas que principalmente abren de madrugada para dar servicio de desayunos. Todos fritos, eso sí. Si quieres comer en la calle sin aceite la única opción que queda son las frutas, con plátano, mango y sandía como principales exponentes.
Los desayunos suelen ser también potentes, y junto a la tortilla especiada la masala dosa es la favorita. Masala significa mezcla, literalmente, y se usa en una amplia variedad de acepciones. Y la dosa es un panecillo de arroz que se enrolla alrededor de una mezcla de patata y especias picantes en forma triangular. Está bastante bueno, todo sea dicho. También se puede optar por desayunar samosas, parathas o cualquier otro snack, siempre acompañadas por supuesto de chai. Algunos platos que se repiten a lo largo de todo el país son: los sizzlers,que no es un plato sino una forma de cocina en la que los alimentos se presentan en una fuente que está aún friendo el aceite cuando llega a la mesa; el biryani, arroz acompañado por verduras o carne según el tipo, especiado y muy picante; chicken tikka masala, pollo bañado en una mezcla de especias con predominio del comino; o el vindaloo, que es una salsa de Goa de origen portugués que acompaña a cualquier tipo de carne y que es una mezcla de vino de oporto y picante del mismo averno.
Las bebidas también tienen sus particularidades. A parte de los refrescos que podemos encontrar en cualquier parte del globo los autóctonos son principalmente los zumos de diferentes frutas, sobre todo el zumo de caña de azúcar y el agua de coco. A mí particularmente no me emocionan mucho, pero merece la pena probarlos. El famoso chai, el té con especias que se puede encontrar a cada 20 metros de distancia a lo largo de todo el país, lo probaréis sí o sí si venís a India. El lassi es un batido de yogurt fermentado que se sirve tanto dulce como salado, y puede ser natural o de sabores -chocolate, fresa, cannabis… Y por último me parece reseñable la falooda, una bebida musulmana muy dulce con leche, helado, nueces y otros añadidos que sirve como postre para los más golosos.
El pan en India merece un apartado aparte, con multitud de variedades. El nombre genérico del pan es naan, y dos tipos destacan (o a mí me han parecido que se repiten más y me gustan más): el chapati y el roti. El roti tiene un uso más laxo de la palabra, pudiéndote encontrar desde lo que podrían ser obleas de misa a láminas de harina de maíz tostado, pero con el chapati siempre se acierta: láminas casi circulares y blandas de harina calentadas al fuego con sabor algo parecido al pan de pita. Casi siempre en los restaurantes hay que pedir el pan que se quiera en concreto, no lo sirven por defecto. Pero siempre hay que pedir, porque con la costumbre de comer con las manos en ocasiones se hace imprescindible. A parte del arroz o el dhal (pequeñas lentejas cocinadas haciendo que sean casi una masa continua), los diferentes tipos de naan acompañan prácticamente la totalidad de platos indios.
No se trata de alimentación, pero quería también comentar los cigarrillos indios (bidis o biris según la región), hechos con una pasta que mezcla tabaco y otras cosas que nunca logro identificar enrollado en una hoja seca, son baratísimos en comparación con los cigarrillos normales. Paquetes de 10 cigarros tienen precios desde las 40 a las 75 rupias, mientras que los 25 bidis están entre las 12 y las 20 rupias.
Hay una gran variedad de comida india, pero debo confesar que cuando puedo desayunar de modo «occidental» lo hago casi siempre, no termino de acostumbrarme a que lo primero que coma sea picante y prefiero comer muesli con fruta, huevos revueltos o tostadas, la verdad. También se paga el capricho, un desayuno contundente en un sitio indio está en torno a las 35 rupias, mientras que un desayuno occidental no baja de 160, pero como no suelo hacer más de dos comidas al día me lo puedo permitir…
Una escapadita por Asia 
Gracias Nachete. Estaba esperando con ilusión el post de la comida y, como era de esperar, no me ha decepcionado nada. Ha traído a mi mente muy buenos recuerdos y casi he podido degustar los sabores de India. Aunque conincido contigo en lo del desayuno occidental. A mi me gusta probar nuevos platos, pero recién levantada soy más tradicional, jeje