Una escapadita por Asia

Budismo con mantequilla de cacahuete

Es el título de un artículo que leí en el centro donde he hecho el curso de introducción al budismo y meditación, y describía con bastante acierto la experiencia. Durante el curso no estaba permitido hablar (ni ninguna forma de comunicación, la idea era retrotraerse) salvo en las sesiones de preguntas y respuestas y de debate, que fueron algunos días durante una hora. Tres comidas al día, con la mantequilla de cacahuete y la miel casera destacando en el desayuno y la cena, toque de gong para despertarnos a las seis de la mañana y última sesión de meditación terminando a las ocho y media de la tarde. Cuatro sesiones de meditación, otras tantas de clases y una de yoga diarias, con bastante tiempo libre para pasear y pensar, y unos alrededores espectaculares y la compañía de perros y monos como distracción. Los dos últimos días se intensificaba el asunto, sólo una comida al día y despiertos desde las 4:30, con un aumento de la meditación.
Ha sido una experiencia enriquecedora a pesar del profesor que teníamos, muy cerrado al debate y poco centrado en nuestros intereses. He leído cinco libros sobre el budismo tibetano que me han aportado muchas más respuestas que el profesor en sí, y aunque la meditación también tenía sus puntos discutibles en general ha sido positiva y muy ilustrativa. Antes de entrar tenía dudas sobre lo llevadero que sería la rutina en el centro, pero la verdad es que al silencio se acostumbra uno rápido – el cambio de conversaciones por sonrisas es chocante al principio pero muy agradable en cuanto te adaptas, y el esquema de clases diario tampoco era demasiado exigente. Dado que todo está dirigido hacia la práctica espiritual al cabo de dos días uno se siente como un filósofo griego dándole vueltas en su cabeza durante horas a los conceptos del origen del universo, la conciencia, la felicidad, la muerte…

Y al hilo de la filosofía, los conceptos budistas se acercan bastante a las ideas estoicas y epicúreas, explicando el origen de nuestra infelicidad desde nuestra percepción mental. Pero cuando se sale del pensamiento entra en la metafísica que no dista demasiado del resto de religiones, con unas ideas sobre el renacimiento, los diferentes reinos de la existencia y el karma que tienes que creer porque está en los textos (más o menos como creer en el infierno porque lo dijo Jesús). Esta última parte, que me da la impresión está creada para explicar los vacíos a los que el pensamiento no puede llegar por sí mismo, es la que no me ha interesado, pero la que el hermano Dharmapala nos ha repetido hasta la saciedad, provocando mayor escepticismo por lo general en la mayoría de los asistentes al curso. Sin embargo la filosofía de vida que promulga el budismo tibetano merece la pena ser escuchado, tiene muchos puntos muy interesantes que ayudan a enfrentarse a la realidad con calma y alegría.

En fin, una experiencia positiva con muchas cosas buenas que me llevo, entre otras mucha gente muy interesante que he conocido (gente de Israel, USA, Inglaterra, Alemania, Singapur, Korea, Australia, España, Argentina…), conocimientos y herramientas útiles y un renovado interés por la filosofía, el yoga y la meditación. Aún me quedaré un par de días en la zona, aprovecharé para pasear por las montañas y hablar con muchos de los compañeros que también se han quedado por los alrededores, intentando compartir alguna enseñanza más y pasando un buen rato un poco por supuesto. Siento que el post esté un poco exento de fotografías, pero los objetos susceptibles de ser una distracción había que dejarlos en taquilla, a cambio os dejo con una imagen de lo que ha sido mi actividad la mayor parte del tiempo estos últimos días.

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Esta entrada fue publicada el 3 May, 2013 a las 11:59. Se guardó como India y etiquetado como , , , . Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

2 pensamientos en “Budismo con mantequilla de cacahuete

  1. Estoy ahora mismo con tu tía Lucía en la oficina. Me llamo Antonio y me parece ideal tu viaje. Me da una gran envidia. Soy monje zen . Puedo entender tu deseo de practicar la meditación y te deseo todo lo mejor. Viajaré con tu blog…..Un abrazo. antonio.

  2. Gonzalo en dijo:

    Estaba deseando ver esto Siddharta Fdez. Sanchidrián!!

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