Una escapadita por Asia

Técnicas de negociación

Una parte importante del tiempo en un viaje por la India se gasta en el proceso de comprar casi cualquier cosa, ya que salvo excepciones tendremos que regatear en las tiendas y evitar cargos extra comprando fruta o bebidas. Así que voy a exponer los principales casos para los futuros viajeros o cualquiera que le interese, claro. En líneas generales, la regla es que todo es negociable, salvo en restaurantes, transporte colectivo y los comercios con precio fijado. En el resto, hay que intentar negociar sin piedad, lo que es bastante cansado – para un rato es divertido, pero tras unos cuantos días es normal caer en el «me da igual pagar más, pero dámelo ya». Ellos nunca van a vender algo sin obtener beneficio, así que no es necesario plantearse dilemas éticos, aunque unas mínimas reglas de cortesía no están de más. Y por supuesto todo se puede hacer con una sonrisa y sin menospreciar la calidad de lo que nos ofrecen (aunque en muchos casos sepamos a ciencia cierta que no vale nada).

IMGP3805

>>Transportes (rickshaw, autorickshaw, taxi): indefectiblemente pedirán mucho más de lo razonable por el hecho de ser turista. Si se puede, pedir que pongan el taxímetro, aunque las posibilidades de éxito son mínimas (de hecho la mayoría ni tienen) hay un riesgo, y es que si no se conoce el camino pueden dar un buen rodeo con el taxímetro en marcha. Si no, hay que averiguar un precio razonable y mantenerse firme: ahora mismo en torno a las 10-12 rupias por kilómetro. Cuando sé que voy a recorrer cuatro kilómetros, voy a pagar 40 rupias, o 50 como máximo, y si el primer conductor no quiere no hay que preocuparse, el siguiente lo hará -será por transportes-. Sobre todo en estaciones de tren y autobús se agrupan muchísimos, aunque siempre intentan sacar un precio más alto, sólo es recomendable coger aquí un transporte privado si ya se conoce de antemano la situación. Esto no es baladí, el asedio de conductores en cuanto nos bajamos de un autobús o en la estación de tren es tremendo, y te dirán que no hay autobuses locales, que donde quieres ir está muy lejos, o cualquier otra cosa con tal de que les contratéis.

Existe la posibilidad de que no tengamos ni idea de la distancia ni de cómo ir, yo utilizo dos técnicas para estos casos: la primera consiste en ir andando decididamente hacia el exterior, pese a lo cual uno no se libra del asedio habitual, y hacerles saber a dónde vamos pero que el hecho de andar nos apasiona. Ellos irán siguiéndote diciendo precios, bajando poco a poco (hay que mirarles de vez en cuando y poner cara de que eso es muy caro porque si no entenderán que realmente te vas a ir andando) hasta que se resignen. Ese será un buen precio. La segundo opción es más directa, pero menos efectiva, y consiste en contrarrestar con menos de la mitad del precio que piden. Si piden 80 rupias, ofrecer treinta tras haberles sonreído por lo alto de su oferta. Ellos responderán con otra sonrisa diciéndote que por ese precio ni encienden el motor, y al poco tiempo por unas dos terceras partes del precio inicial tendréis el viaje.

IMGP3803

>>Comestibles (puestos de frutas, zumos,comida callejera, tiendas 24 h. y similares): en este caso no se trata de regatear, si no de evitar que nos cobren de más – cuento con los dedos las veces que no lo han intentado. A no ser que cuelgue un cartel con los precios, siempre van  a pedir más dinero a un extranjero que a un nacional, y en el caso de los productos sin etiqueta nos tendremos que conformar generalmente con pagar un poco menos de lo que nos piden pero más de lo que debería. Como siempre, es necesario saber lo que cuestan las cosas previamente, digamos media docena de plátanos por veinte rupias. El tendero aprovechará para pedir diez rupias por plátano, a lo que con una mirada indignada se les responde que eso es precio de turista, que el precio real son tres rupias. La respuesta estándar es un «vale, vale… treinta rupias por seis». A partir de aquí seguir regateando suele ser inútil, así que mejor aceptar ese precio (que de cualquier modo van a ser siempre los productos más baratos que compremos con diferencia). Otra cosa son los productos con precio marcado, como las bebidas embotelladas, bolsas de patatas, snacks, etc. Ni siquiera hay que preguntarles el precio, se pide lo que se quiera comprar, se mira la etiqueta y se paga lo que pone. Cuando pidan más, que lo harán, se les hace saber que somos extranjeros pero no tontos señalando la etiqueta. A veces ni por esas se consigue el precio justo, sobre todo en sitios muy turísticos donde saben que no van a tener problemas en sacar más beneficio. En estos casos, o buscamos otro sitio, que siendo sitio turístico probablemente siga la misma política o pagamos lo que nos pidan.

IMGP3807

>>Alojamiento (hoteles, guesthouses, hostales): lo más importante es no ir con nadie, la mayoría de sitios pagan comisión a quien nos lleve a la puerta, así que hay que rechazar los ofrecimientos de hotel barato que nos hacen por la calle. No suele ser difícil encontrar alojamiento (si por cualquier motivo sí lo es entonces tendremos que recurrir a las comisiones), y lo mejor es ir a tres o cuatro sitios para comparar precios, y que ellos sepan que estás comparando precios. Suele funcionar bien la frase «ufff, yo tanto no me puedo gastar, como mucho esto otro», lo normal es que bajen un poco el precio. También hay que intentar negociar el precio por una noche sin decir nada del tiempo que vamos a estar, así si nuestra intención es pasar tres noches, al último precio aún se le puede arañar un poco a la baja.

Dependiendo del sitio, será posible encontrar alojamiento por internet antes o no. En cualquier caso la oferta suele ser inmensa y sólo una mínima parte de los establecimientos se anuncian en internet. Aunque si vemos un sitio con buena valoración y buen precio lo mejor es cogerlo, nos evitará estar dando paseos innecesarios y suelen ayudar con el transporte del tren al hotel.

IMGP3794

>>Tiendas (ropa, bazares, regalos, productos artesanales…): el regateo por excelencia. Como objetivo hay que intentar llegar a un tercio de los que nos piden, aunque será muy difícil conseguirlo. También depende de dónde nos encontremos, si es un puesto de mercadillo en Goa o Rishikesh los precios estarán más hinchados que una tienda al por mayor en Delhi. Cuando nos acerquemos a alguna tienda lo más normal será que nos inviten a pasar, que mirar es gratis. Una vez dentro el despliegue de productos será inmenso, pero no hay que caer en la tentación. A las tiendas sólo se debe ir cuando ya sabemos lo que buscamos (paseando por fuera deteniéndonos lo mínimo para ver lo que ofrecen) y cuando tengamos fuerzas para estar regateando. Mi conversación suele ser algo así:

Comerciante: «Estos son pañuelos de seda, maravillosos para un regalo, también los tenemos de este otro tipo»

Nacho: «No, si bonitos son, ¿pero yo para que quiero un pañuelo si no los uso?»

C: «¡tu mujer! ¿No estás casado? Seguro que tienes una novia, o alguna amiga, o tu hermana o tu madre…»

N: «Nah… de todas formas esto no me ilusiona demasiado. ¿Cuánto has dicho que costaba?»

C: «Muy barato, sólo seiscientas rupias.»

N: «Jajaja! «sólo» seiscientas… eso es muy caro, y si antes no lo tenía claro ahora estoy seguro.»

C: «Vale, di un buen precio y lo cerramos.»

N: «¿Yo? Dame tú un buen precio, no me tomes el pelo como antes.»

C: «Bueno… quinientas rupias. No puedo bajar más.»

N: «A ver… tú piensa que yo esto no lo voy a ir cargando, así que tendré que enviarlo por correo y eso también tengo que pagarlo Y no me puedo gastar tanto. ¿Qué tal ciento cincuenta rupias?»

C: «¡Imposible! Me estás insultando, dame un buen precio de verdad.»

N: «Ya te lo he dado… está bien, déjamelo en doscientas y ya está.»

C: «No no… a mí me cuesta esto cuatrocientas rupias, y tengo que pagar a mis empleados. Cuatrocientos cincuenta.»

N: «Ahora me insultas tú a mí, dame un buen precio de verdad o no hay trato. No voy a pagar más de doscientas».

Este esquema puede repetirse de mil maneras, por más o menos tiempo, con un té de por medio o de pie en la calle, pero es el estándar. Después de haber bajado lo suficiente, y sin haberme encaprichado mucho con lo que esté comprando, le digo que ese precio sigue siendo demasiado y que no voy a pagar más de doscientas. Y empiezo a irme andando…hasta unos diez pasos, en los que el comerciante me pide que vuelva, que va ha hablar con su jefe. Tras llamar siempre bajan un poco más el precio, a lo que yo aún les digo que ese no es el precio que les había dicho, y suele aceptar un poco menos, sobre todo si hemos sacado el dinero y lo tiene delante.

Puede pasar que nos alejemos y nadie nos diga nada, así que si realmente lo queremos pues repetimos el proceso en otra tienda, o volvemos y aceptamos el último precio. Puede pasar que de esa tienda te lleven a otra con tus cosas para que sigas comprando. Si hacen eso, hay que plantarse muy tranquilamente, tomar asiento, y decir que no vas a comprar nada más, que hasta que no te devuelvan lo que has comprado no te vas a mover de ahí. Puede pasar que el precio que nos habíamos esperado sea demasiado bajo y realmente tengamos que pagar más. En cualquier caso, es un proceso que lleva tiempo, así que hay que ir preparados, y nunca mostrar gran interés por algo en concreto ya que entonces sabrán que eso lo vas a terminar comprando.

Una última categoría serían los servicios turísticos, como guías para una ciudad, excursiones, masajes, deportes, etc. Todo lo anterior es aplicable, y siempre es necesario haber comparado varios sitios antes y preguntar a otros viajeros. Siempre preguntar todo lo que está incluido, y valorar si el servicio de organización lo necesitamos o podemos contratar nosotros directamente a la «fuente». En Jaisalmer me pidieron 2000 rupias por una excursión al desierto por la que terminé pagando 250 organizándola yo. En resumen y para terminar, siempre que compremos algo en India tenemos que seguir unas pequeñas reglas: Nunca comprar algo a la primera, sin haber averiguado precios antes. Tener un plan B, o hacerles pensar que lo tienes. Paciencia, aquí es un proceso, no un momento de transacción económica. Y si podemos utilizar economía de escala, mejor – diez kilómetros mejor que uno, tres noches mejor que una, cinco pañuelos mejor que uno…

Esta entrada fue publicada el 17 May, 2013 a las 10:42. Se guardó como India y etiquetado como , , . Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

Deja un comentario